EN LA SIGUIENTE CARTA ME DIRIJO
ANTE USTEDES PARA QUE ME DEN SU AUTORIZACION Y SU PERMISO PARA PODER POSTULAR A
LA ESPECIALIDAD QUE DESEO QUE EN ESTE CASO ES MECANICA AUTOMOTRIZ.
YO LES PIDO LA AUTORIZACION POR QUE COMO USTEDES BIEN SABEN ME GUSTA
DESDE QUE ERA PEQUEÑO , POR QUE LA ESPECIALIDAD CONSISTE EN DEMOSTRAR
HABILIDADES Y YO DESDE PEQUEÑO QUE LAS DEMOSTRE POR EL AREA DE LA MECANICA
AUTOMOTRIZ .
ME GUSTA LA ESPECIALIDAD POR QUE
TIENE UNA BUENA INFRACTUCTURA , APARTE LA ESCUELA ESTA MUY BIEN RECONOCIDA EN
EL AMBITO NO TAN SOLO DE LA MECANICA SI NO EN TODAS LAS ESPECIALIDADES PERO YO
PODRIA SEGUIR DESEMPEÑANDOME EN LA MECANICA AUTOMOTRIZ,ADEMAS LA ESCUELA TIENE
CONVENIOS CON UNIVERSIDADES Y ESO ME DA
MAYOR OPORTUNIDAD PARA SEGUIR DESARROLLANDOE COMO PERSONA Y COMO PROFESIONAL.
EN ESTE CASO NOMBRE DEL POR QUE QUIERO ESTUDIAR ESTA ESPECIALIDAD :
- POR LA FORMACION QUE LES ENTREGA LA ESCUELA Y LA FORMACION NO TAN SOLO
EN FORMA DE LA ESPECIALIDAD TAMBIEN COMO PERSONA.
- LOS VALORES QUE LA ESCUELA TE ENSEÑA PARA SER UN PROFESIONAL COMO LA
RESPOSABILIDAD,EL RESPETO,ETC.
- LA CANTIDAD DE MATERIAL QUE TE ENTREGA EL COLEGIO PARA PODER REALIZAR
LA ESPECIALIDAD
- LA CANTIDAD DE AUTHOMOVILES QUE LA ESCUELA ENTREGA NO TAN VEHICULOS MODERNOS TAMBIEN ANTIGUOS .
POR ESTAS RAZONES ME ENCANTARIA QUE ME DEN SU PERMISO PARA PODER
POSTULAR Y ESTAR EN LA CARRERA DE MECANICA AUTOMOTRIZ
Mamá: Con esta carta quiero pedirte la autorización para poder postular a la carrera que quiero´que por lo cierto es mecanica industrial porque encuentro que es una buena carrera y tiene buena maquinaria y mantenimiento de ellas´aparte tienen de todo lo que se necesita para poder aprender bieny saber manejar todas las maquinas.
Yo se que muchos primos y tios han estudiado
(Milan, 1847 - West Orange, 1931) Inventor
norteamericano, el más genial de la era moderna. Su madre logró
despertar la inteligencia del joven Edison, que era alérgico a la
monotonía de la escuela. El milagro se produjo tras la lectura de un
libro que ella le proporcionó titulado Escuela de Filosofía Natural,
de Richard Green Parker; tal fue su fascinación que quiso realizar por
sí mismo todos los experimentos y comprobar todas las teorías que
contenía. Ayudado por su madre, instaló en el sótano de su casa un
pequeño laboratorio convencido de que iba a ser inventor.
Thomas Edison
A
los doce años, sin olvidar su pasión por los experimentos, consideró
que estaba en su mano ganar dinero contante y sonante materializando
alguna de sus buenas ocurrencias. Su primera iniciativa fue vender
periódicos y chucherías en el tren que hacía el trayecto de Port Huron a
Detroit. Había estallado la Guerra de Secesión y los viajeros estaban
ávidos de noticias. Edison convenció a los telegrafistas de la línea
férrea para que expusieran en los tablones de anuncios de las estaciones
breves titulares sobre el desarrollo de la contienda, sin olvidar
añadir al pie que los detalles completos aparecían en los periódicos;
esos periódicos los vendía el propio Edison en el tren y no hay que
decir que se los quitaban de las manos. Al mismo tiempo, compraba sin
cesar revistas científicas, libros y aparatos, y llegó a convertir el
vagón de equipajes del convoy en un nuevo laboratorio. Aprendió a
telegrafiar y, tras conseguir a bajo precio y de segunda mano una prensa
de imprimir, comenzó a publicar un periódico por su cuenta, el Weekly Herald.
En
los años siguientes, Edison peregrinó por diversas ciudades
desempeñando labores de telegrafista en varias compañías y dedicando su
tiempo libre a investigar. En Boston construyó un aparato para registrar
automáticamente los votos y lo ofreció al Congreso. Los políticos
consideraron que el invento era tan perfecto que no cabía otra
posibilidad que rechazarlo. Ese mismo día, Edison tomó dos decisiones.
En primer lugar, se juró que jamás inventaría nada que no fuera, además
de novedoso, práctico y rentable. En segundo lugar, abandonó su carrera
de telegrafista. Acto seguido formó una sociedad y se puso a trabajar.
Perfeccionó
el telégrafo automático, inventó un aparato para transmitir las
oscilaciones de los valores bursátiles, colaboró en la construcción de
la primera máquina de escribir y dio aplicación práctica al teléfono
mediante la adopción del micrófono de carbón. Su nombre empezó a ser
conocido, sus inventos ya le reportaban beneficios y Edison pudo comprar
maquinaria y contratar obreros. Para él no contaban las horas. Era muy
exigente con su personal y le gustaba que trabajase a destajo, con lo
que los resultados eran frecuentemente positivos.
A
los veintinueve años cuando compró un extenso terreno en la aldea de
Menlo Park, cerca de Nueva York, e hizo construir allí un nuevo taller y
una residencia para su familia. Edison se había casado a finales de
1871 con Mary Stilwell; la nota más destacada de la boda fue el trabajo
que le costó al padrino hacer que el novio se pusiera unos guantes
blancos para la ceremonia. Ahora debía sostener un hogar y se dedicó,
con más ahínco si cabe, a trabajos productivos.
Su
principal virtud era sin duda su extraordinaria capacidad de trabajo.
Cualquier detalle en el curso de sus investigaciones le hacía vislumbrar
la posibilidad de un nuevo hallazgo. Recién instalado en Menlo Park, se
hallaba sin embargo totalmente concentrado en un nuevo aparato para
grabar vibraciones sonoras. La idea ya era antigua e incluso se había
logrado registrar sonidos en un cilindro de cera, pero nadie había
logrado reproducirlos. Edison trabajó día y noche en el proyecto y al
fin, en agosto de 1877, entregó a uno de sus técnicos un extraño boceto,
diciéndole que construyese aquel artilugio sin pérdida de tiempo. Al
fin, Edison conectó la máquina. Todos pudieron escuchar una canción que
había entonado uno de los empleados minutos antes. Edison acababa de
culminar uno de sus grandes inventos: el fonógrafo. Pero no todo eran
triunfos. Muchas de las investigaciones iniciadas por Edison terminaron
en sonoros fracasos. Cuando las pruebas no eran satisfactorias,
experimentaba con nuevos materiales, los combinaba de modo diferente y
seguía intentándolo.
En abril de 1879, Edison abordó las investigaciones
sobre la luz eléctrica. La competencia era muy enconada y varios
laboratorios habían patentado ya sus lámparas. El problema consistía en
encontrar un material capaz de mantener una bombilla encendida largo
tiempo. Después de probar diversos elementos con resultados negativos,
Edison encontró por fin el filamento de bambú carbonizado.
Inmediatamente adquirió grandes cantidades de bambú y, haciendo gala de
su pragmatismo, instaló un taller para fabricar él mismo las bombillas.
Luego, para demostrar que el alumbrado eléctrico era más económico que
el de gas, empezó a vender sus lámparas a cuarenta centavos, aunque a él
fabricarlas le costase más de un dólar; su objetivo era hacer que
aumentase la demanda para poder producirlas en grandes cantidades y
rebajar los costes por unidad. En poco tiempo consiguió que cada
bombilla le costase treinta y siete centavos: el negocio empezó a
marchar como la seda.
Su fama se propagó por el mundo
a medida que la luz eléctrica se imponía. Edison, que tras la muerte de
su primera esposa había vuelto a casarse, visitó Europa y fue recibido
en olor de multitudes. De regreso en los Estados Unidos creó diversas
empresas y continuó trabajando con el mismo ardor de siempre. Todos sus
inventos eran patentados y explotados de inmediato, y no tardaban en
producir beneficios sustanciosos. Entretanto, el trabajo parecía
mantenerlo en forma. Su única preocupación en materia de salud consistía
en no ganar peso. Era irregular en sus comidas, se acostaba tarde y se
levantaba temprano, nunca hizo deporte de ninguna clase y a menudo
mascaba tabaco. Pero lo más sorprendente de su carácter era su
invulnerabilidad ante el desaliento. Ningún contratiempo era capaz de
desanimarlo.
En los años veinte, sus conciudadanos le
señalaron en las encuestas como el hombre más grande de Estados Unidos.
Incluso el Congreso se ocupó de su fama, calculándose que Edison había
añadido un promedio de treinta millones de dólares al año a la riqueza
nacional por un periodo de medio siglo. Nunca antes se había tasado con
tal exactitud algo tan intangible como el genio. Su popularidad llegó a
ser inmensa. En 1927 fue nombrado miembro de la National Academy of
Sciences y al año siguiente el presidente Coolidge le hizo entrega de
una medalla de oro que para él había hecho grabar el Congreso. Tenía
ochenta y cuatro años cuando un ataque de uremia abatió sus últimas
energías.
Eli Whitney nació en Westbord, EEUU en el año 1765 y fue uno de
los pioneros de la Revolución Industrial en Estados Unidos. Estudió
ciencia y tecnología en Yale Collage.
Tras licenciarse en 1792,
aceptó una plaza de profesor en Carlina del Sur, pero su barco naufragó
en el trayecto y acabó en Nueva York, donde conoció a Phineas Millar y a
Catherine Greene.
En siu viaje hacia el sur con ellos se alojo
en la plantación de los Greene, Mulberry Grove, donde supo que
necesitaba una nueva maquina que retirara las semillas del algodón de
fibra corta que se cultivaba en el Sur y que, a diferencia del algodón
de fibra larga, no se podía limpiar fácilmente.
Seis meses después, Withney había construido una maqueta funcional de su revolucionaria limpiadora de algodón.
En palabras de Whitney “Esta
máquina puede funcionar con agua o con un caballo, con la mayor
facilidad, y un hombre y un caballo harían mas de lo que hacían
cincuenta con las antiguas máquinas”.
El aparato estiraba el
algodón y lo pasaba por cientos de púas muy juntas engarzadas en un
cilindro giratorio para retirar las semillas.
La limpiadora de
algodón de Withney tuvo una inmensa influencia en la economía del surque
paso a estar prácticamente centrada en el algodón.
Este diseño
simple e ingenioso se patentó en 1794, y a continuación Withney se
asoció en Millar para la fabricación en serie de la limpiadora de
algodón, para lo que se uso maquinaria fabricada específicamente para
este propósito.
Sin embargo muchos plantadores fabricaron sus
propias maquinas, infligiendo los derechos de patente del aparato, con
lo que Millar & Withney tuvo que cerrar en 1797.
Whitney
aprendió de la experiencia y decidió dedicarse a la fabricación de
pequeñas armas, ya que el gobierno estadounidense, temiendo que
estallara una guerra con Francia, quería encargar 40.000 mosquetes a
contratistas privados.
En aquella época, los mosquetes se
fabricaban de uno en uno, prácticamente a mano, de modo que todos eran
algo diferentes entre sí.
Whitney resolvió fabricar pequeñas
armas con maquinaria diseñada especialmente, lo que permitiría la
fabricación en serie de piezas intercambiables.
Su nuevo
concepto de estandarización era completamente revolucionario y tuvo una
enrome influencia en los diseños posteriores de la fabricación
industrial.
Las piezas estandarizadas e intercambiables permitían un montaje mas rápido y un reemplazo mucho mas sencillo cuando se rompían.
Con la financiación del gobierno estadounidense, Whitney fundo una armería en New Haven, para fabricar sus famosos mosquetes.
Allí y prácticamente sin la ayuda de nadie, introdujo lo que se conocería como el “sistema estadounidense”
de fabricación en serie, que a finales de la primera década del siglo
XX se emplearía en la producción a gran escala de numerosos productos,
de máquinas de coser y automóviles.
Whitney falleció finalmente en el año 1825, en New Have, Connecticut, Estados Unidos.